#NadieSinHogar

Los rostros femeninos del sinhogarismo

Vivir en la calle se ha considerado y se sigue considerando una problemática que afecta mayoritariamente a los hombres pero no se puede obviar que el 11% de las personas que viven en situación de sinhogarismo son mujeres

“Tenía ya cuarenta años y muchos traumas graves sobre mi cabeza. No sentía amor en mi entorno y no podía soportar tanto dolor.

Me hundí y me dio una depresión tan grande que no la pude controlar. Me empezó a fallar la cabeza… y empecé a gastar más de lo que podía. No sabía qué hacer. Acabé encontrándome sin dinero y con mucho dolor dentro de mí.

Un día, cerré la puerta de mi casa, la que no podía pagar, y salí a caminar… Con lo puesto, sin rumbo. No sabía a dónde ir. Las amistades me habían fallado. La familia, también.

Caminé y caminé hasta que el agotamiento se apoderó de mí. Estaba destrozada por dentro y por fuera. Me daba vergüenza, me daba miedo, pero tuve que dormir en la calle.

La calle es sobre todo miedo, falta de higiene. Ir a dormir con el estómago vacío y despertarte igual. Es una desesperación.

Aunque no era muy consciente, sabía que estaba haciendo las cosas mal. Así que pedí ayuda. En Cáritas encontré todo lo que antes no había tenido: apoyo, amor y fuerza para seguir adelante.

Afortunadamente hace cuatro años que disfruto de un piso para mí sola. Tengo mi sofá, ¡mi sofá!, que me sirve para disfrutar de la tranquilidad del espacio. Cuando llego a casa me pongo ropa cómoda y me siento en él valorando todo lo que la vida me ofrece.

Es sentada en mi sofá cuando puedo recordar mi vida pasada, caminando por las calles, sin rumbo, con la cabeza perdida… y disfrutar de mi presente, caminando por el camino que yo misma he elegido”.

Folre, un centre diürn per a persones sense llar de Càritas Barcelona

956

personas duermen en las calles de Barcelona

Fem visible el sensellarisme - Càritas Barcelona

11%

de personas sin hogar son mujeres

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24,2%

de las mujeres que viven en la calle han sufrido algún tipo de agresión sexual

¿Qué tienen en común las mujeres sin hogar?

Este testimonio es real y pertenece a Marisa, que vivió en la calle durante un año y medio. Ahora tiene 62 años pero admite que es mucho más feliz que a los 30. Ella es una de las caras femeninas del sinhogarismo. Y es que, a pesar de que la pobreza tenga rostro de mujer, el sinhogarismo se considera una problemática que afecta mayoritariamente a hombres. El número de mujeres en la calle es menor (11%) pero se encuentran en una situación de riesgo mayor y afrontan mayores discriminaciones. ¿Qué problemáticas concretas viven las mujeres?
  • Mayor incomodidad para cubrir las necesidades relativas a la higiene.
  • Sensación muy acusada de inseguridad. Aquellas mujeres que han vivido en periodos más o menos cortos en situación de calle relatan situaciones de acoso.
  • Falta de intimidad.
  • Sensación de fracaso personal por la ruptura de las relaciones familiares y/o por abandono de su rol de cuidadora en el ámbito doméstico.
Desde Cáritas Diocesana de Barcelona velamos para que todas aquellas personas con recursos insuficientes -tanto económicos como personales-, puedan disfrutar de un hogar: un espacio asequible y estable donde puedan asentar su vida y se sientan a gusto. Trabajamos y trabajaremos para que el lema "nadie sin hogar" sea una realidad. ¿Te apuntas?
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"Quan vius al carrer et falta tot. No hi ha intimitat. No veus un lloc còmode on passar l’estona. No tens menjar".

Marisa

imatge de tancament

Un no para nadie

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